La cueva

Antonio Fernández Porrúa
Entrada actual a la cueva Tito Bustillo

La cueva Tito Bustillo es conocida por sus pinturas rupestres paleolíticas y forma parte del macizo de Ardines, un sistema kárstico que se encuentra en Ribadesella, Asturias, España. Las pinturas pertenecen al arte rupestre francocantábrico y forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

La cueva fue habitada por humanos de Cro-Magnon hasta el año 10.000 antes de Cristo. Debido a un derrumbamiento, la entrada original a la cueva se selló hace miles de años, lo que favoreció la conservación de objetos, herramientas y pinturas rupestres.

Desde su descubrimiento, la cueva ha sido ampliamente estudiada. Se han encontrado objetos del Magdaleniense final y del Paleolitico inferior, algunos arpones de hueso y una cabeza de cabra tallada en cuerno de ciervo. Se considera uno de los ejemplos más impresionantes de la cultura paleolítica en el noroeste de España debido a sus numerosos y bien conservados pinturas prehistóricas. La más antigua de estas pinturas muestra a seres humanos y tiene una antigüedad aproximada de 33.000 años, según se ha determinado mediante dataciones por radiocarbono. Algunos científicos creen que es posible que los neandertales hayan pintado estas imágenes, aunque esta teoría no ha sido demostrada.

Entre los motivos presentes en las diferentes galerías de la cueva se encuentran caballos, ciervos, alces e incluso un animal marino, probablemente una ballena. También hay imágenes que representan órganos genitales femeninos y se consideran símbolos de fertilidad.

Pero lo que podría conferir a este conjunto arqueológico un carácter único es una pintura que muchos consideran el primer mapa conocido de la humanidad, por su evidente similitud con un croquis topográfico que ubica con asombrosa precisión la posición de otras cuevas y accidentes en relación con el río sella.

pintura rupestre con signos, que han sido interpretados como el primer mapa conodico de la humanidad